No es habitual encontrar a personas que sean afines a ti, suele ser algo difícil hoy día tal y como se vive la vida hoy día.
Pero cuando las encontramos no queremos separarnos de ellas y deseamos volver a juntarnos en cada aventura vivida.
En 2019 organicé mi primer viaje a Marruecos en grupo y no solo fué un viaje subiendo a una montaña.
Vivimos momentos de auténtico compañerismo y risas.
Como cuando a Desi apareció sin maleta y sin pronóstico de recuperarla en todo el viaje.
Cada compañero nos volcamos en ella, en prestarle algo de ropa que le ayudará a hacer su viaje más cómodo.
La cosa no quedó ahí, llegó uno de esos días del mes, y para colmo sus cosas de mujer estaban en la maleta. Pero no pasaba nada, conseguimos en medio de las montañas el material suficiente para salir del paso.
Unas buenas carcajadas nos dimos cuando eso que conseguimos eran unos pañales de bebé que debíamos recortar para que sirvieran de compresa.
Sin duda el viaje está lleno de anécdotas entre compañeros de viajes, un grupo que no dejaba atrás a nadie, que se apoyaba, que compartía lo bueno y lo malo, y que gastaba bromas que hicieron del viaje algo mágico.
Cada viaje tiene algo diferente, y son las personas que lo componen, personas como tú que están dispuestas a hacer de este viaje una historia que poder contar cuando vuelva.
Aquí un ejemplo de uno de los viajes a Marruecos.